El marido de P fue puesto en una máquina de soporte vital, y más tarde murió, debido a la negligencia del personal del hospital tras una cirugía cardíaca rutinaria. El demandado argumentó que la indemnización por pérdida de consorcio era excesiva porque era 3 millones de dólares más que la indemnización por muerte injusta. El tribunal sostuvo que una indemnización por pérdida de consorcio no debería presumiblemente ser sustancialmente mayor que la indemnización por muerte injusta y que no había evidencia en el caso que justificara tal disparidad en el presente caso.